Salud bulos
E-Salud: Entre los bulos y la verdad – Michaëla Liuccio
Se presumirá que toda programación acompañada de una cláusula de exención de responsabilidad no supone un daño previsible si la cláusula caracteriza claramente el programa como una ficción y se presenta de forma razonable dadas las circunstancias.
A efectos de esta norma, el “daño público” debe comenzar inmediatamente y causar un daño directo y real a la propiedad o a la salud o seguridad del público en general, o desviar a las fuerzas del orden u otras autoridades de salud y seguridad pública de sus funciones.
Las quejas que alegan la violación de esta norma deben enviarse a la Comisión Federal de Comunicaciones, Enforcement Bureau, Investigations & Hearings Division, 445 12th Street, SW, Washington, D.C. 20554. Las quejas deben incluir el distintivo de llamada y la comunidad de la licencia de la estación, la fecha y la hora de la(s) emisión(es) en cuestión, y una descripción detallada del daño público causado como resultado de la emisión. Además, si es posible, las quejas deben incluir una transcripción o grabación de la emisión en cuestión.
E-Salud: Entre los bulos y la verdad
Además, los efectos nocivos que los mensajes engañosos pueden producir en la salud pueden multiplicarse rápidamente, ya que los mensajes falsos tienden a difundirse más rápidamente que los mensajes validados y basados en la evidencia científica. CADENUSA surge, precisamente, para responder a esta necesidad y ofrecer a los ciudadanos recursos adaptados que les permitan saber contrastar la información nutricional y alimentaria y detectar los tipos de bulos.
Durante la primera parte del proyecto, el equipo de investigación puso en marcha una encuesta con el objetivo de conocer cuáles son las fuentes de información más frecuentes a las que acuden los universitarios y cómo de fiables las consideran.
E-Salud: Entre los bulos y la verdad – Stephen McMahon
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Hay mucha desinformación médica y bulos sobre la salud en Internet. Parte de esta información puede provenir de un lugar de extrema parcialidad, se crea para alimentar una controversia, o es involuntariamente engañosa. Los enlaces de esta página ofrecen recursos para comprobar si la información es un bulo y preguntas para juzgar si un recurso es fiable o no.
Tenga en cuenta la diferencia entre la información de los sitios web de salud del consumidor que está escrita por los creadores de contenidos y la información que forma parte de los anuncios. Se supone que los sitios web marcan claramente los anuncios etiquetándolos como “Anuncios” o “patrocinados”. Los anuncios de los sitios web de salud del consumidor suelen ser de medicamentos o productos relacionados con la salud, pero estos productos pueden o no estar respaldados por pruebas científicas (incluso si los anuncios afirman que lo están).
E- Health: entre los bulos y la verdad. El manual
Se activó un número de teléfono para recibir bulos vía WhatsApp. Se recogieron 2353 mensajes, y entre ellos se identificaron y validaron 584 bulos diferentes, entre el 18 de marzo y el 18 de abril de 2020. De estos 584 bulos, se seleccionó una submuestra de 126, relacionados exclusivamente con el objeto de estudio, y se aplicó una tabla de análisis de contenido con catorce campos de registro. Además, se extrajeron las medias y medianas de los campos cuantitativos.
La mayoría de los mensajes recibidos fueron textos (39%) y vídeos (30%). En la mayoría, el sujeto actuante se presentaba como personal médico (36,5%) o como persona anónima (30,9%). Los vídeos duraban entre 2′ 40″ y 18′ 18″, mientras que los audios oscilaban entre 1′ 35″ y 7′ 48″. En cuanto al género del informante, hubo una diferencia significativa, ya que el 45,2% eran hombres, el 13,5% mujeres y el 41,3% no identificables.
Una de cada cinco afirmaciones sanitarias falsas recibidas era sobre la prevención o curación del coronavirus, basándose en el principio de autoridad médica, y promoviendo básicamente el uso y consumo de sustancias de origen natural.