No hagas daño frases
No hay nada malo en probar las citas
Primum non nocere es una frase en latín que significa “primero, no hacer daño”. Este principio se enseña habitualmente en la sanidad. De hecho, el Juramento Hipocrático, realizado por los médicos, promete que se abstendrán de hacer daño a sus pacientes. Aunque la frase exacta “no hacer daño” no está incluida en el Juramento Hipocrático original (en contra de la creencia popular), el Juramento incluye una expectativa similar de “abstenerse de todo mal y daño intencionado”. En el siglo XIX, el cirujano inglés Thomas Inman, que trabajaba en la Royal Infirmary de Liverpool, acuñó la frase “Practica dos cosas en tu trato con la enfermedad: ayuda o no dañes al paciente”.
Hay muchas otras profesiones en las que el “no hacer daño” debería ser más importante para la prestación de servicios. Por ejemplo, la preparación de alimentos: hemos leído innumerables historias en las que los proveedores de alimentos han emitido retiradas por problemas con los alimentos que entregaban. Un ejemplo común es la presencia de salmonela en carnes, verduras o incluso mantequilla de cacahuete. A menudo, el problema no se descubre hasta que alguien enferma, o incluso muere, por intoxicación de salmonela. Muchas veces, el problema podría haberse evitado con mejores prácticas de seguridad o una mejor formación.
Primero no hacer daño
al editor: Entre las frases en latín que se lanzan a los médicos, “primum non nocere” (“primero, no hacer daño”) es quizá la más reconocida. “Primum non nocere” es un albatros hipocrático que los médicos de hoy han llegado a entender inconscientemente en su contexto apropiado. Cada arma del armamento del médico es de doble filo; cada cura tiene un daño potencial. Como médicos, ocultamos este hecho con nomenclatura estadística en frases como “porcentaje de efectos secundarios” y otras frases obtusas que intentan ocultar el hecho de que los médicos no son inmunes a los daños. Nosotros, como médicos de hoy en día, tenemos que permitir que nuestros pacientes entiendan por qué y cómo ya no es posible “primero, no hacer daño”.
Por cada paciente que he visto, he tenido que reescribir la ley. Cada medicamento utilizado, cada receta escrita y cada procedimiento tiene un riesgo; riesgo de daño, o incluso de muerte. Los médicos de hoy en día interpretan el “primum non nocere” de forma más amistosa: “que los beneficios superen los riesgos”. Cuando cojo un recetario, entiendo que puedo perjudicar al paciente. Cuando considero que los beneficios superan los riesgos para el paciente, sigo escribiendo. A menudo, con la ayuda y la bendición de Dios, he sido útil a los pacientes que se han cruzado en mi camino. Pero no siempre he sido útil. Nunca olvidaré el par de riñones que dañé con gentamicina. Este paciente entendió algo que yo no entendí entonces, y que ahora estoy tratando de explicar. Mi paciente no esperaba que yo no causara ningún daño. Esperaba que intentara ayudarle. Cuando tuvo un fallo renal agudo por la medicación que utilizamos, comprendió que las cosas malas ocurren. Intentamos algo y fracasamos. Después de tres meses, finalmente pudo dejar la diálisis.
No hace falta preguntar
La expresión “primero no hacer daño” es un término popular utilizado para expresar las normas éticas subyacentes de la medicina moderna. Aunque generalmente se cree que se ha tomado del antiguo juramento hipocrático griego, ninguna traducción del juramento contiene este lenguaje.
“Primero no hacer daño” es un dicho popular que deriva de la frase latina “primum non nocere” o “primum nil nocere”. El término es especialmente popular entre quienes se dedican a la asistencia sanitaria, la medicina o la bioética, y entre los relatos populares del ámbito médico, ya que es un principio básico que se enseña en las clases de asistencia sanitaria.
Hipócrates fue un médico griego que vivió en la isla de Cos entre los años 460 y 370 antes de Cristo. Escribió muchos textos médicos y se le considera una de las figuras más importantes de la medicina griega antigua. Se le atribuye la redacción del Juramento Hipocrático original.
La mención más antigua del Juramento Hipocrático se encontró en un papiro médico del siglo V de nuestra era, uno de los miles de manuscritos encontrados en el tesoro arqueológico de Oxirrinco. La versión más antigua que se conserva es del siglo X de nuestra era. Se conserva en la Biblioteca Vaticana. Se cree que el original era una ley escrita de la organización médica fraternal de la isla de Cos, a la que pertenecía Hipócrates. Redactado en griego hacia el año 421 a.C., el juramento se concibió originalmente como un compromiso entre un maestro (el médico) y sus ayudantes cualificados.
Principio de no perjudicar
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La no maleficencia, derivada de la máxima, es uno de los principales preceptos de la bioética que se enseñan en la escuela a todos los estudiantes de sanidad y es un principio fundamental en todo el mundo. Otra forma de expresarlo es que, “dado un problema existente, puede ser mejor no hacer algo, o incluso no hacer nada, que arriesgarse a causar más daño que bien”. Recuerda al personal sanitario que debe tener en cuenta el posible daño que puede causar cualquier intervención. Se invoca cuando se debate el uso de una intervención que conlleva un riesgo evidente de daño pero una posibilidad menos segura de beneficio[cita requerida].
El origen de la frase es incierto. Algunas de las primeras versiones del Juramento Hipocrático incluyen la promesa de “abstenerse de hacer daño” (griego: ἐπὶ δηλήσει δὲ καὶ ἀδικίῃ εἴρξειν), pero no incluyen la frase precisa. Quizás la aproximación más cercana en el Corpus Hipocrático se encuentra en Epidemias:[2] “El médico debe… tener dos objetos especiales en vista con respecto a la enfermedad, a saber, hacer el bien o no hacer el mal” (libro I, secc. 11, trans. Adams, griego: ἀσκέειν, περὶ τὰ νουσήματα, δύο, ὠφελέειν, ἢ μὴ βλάπτειν).