Cosas que me enseño la vida gracias a la empresa
La vida me ha enseñado a no esperar nunca de nadie el significado en urdu
Aunque esto puede ser más fácil de decir que de hacer, especialmente en estos días, a veces son las cosas sencillas de la vida las que nos traen más felicidad. Se trata de tomarse el tiempo en la vida para apreciar estas cosas.
Hace unos años, se me taponó el oído izquierdo y me resultó difícil oír por él durante unas 48 horas. Fue un susto y un reto. Afortunadamente, todo salió bien, ahora todo está despejado y puedo oír bien por ambos oídos.
Lamentablemente, a menudo no apreciamos las cosas sencillas de la vida hasta que se ven amenazadas, afectadas o nos son arrebatadas de alguna manera, algo que ocurre con demasiada frecuencia. A veces la gente no se da cuenta de la importancia de las pequeñas cosas hasta que es demasiado tarde.
¿Pero qué pasaría si nos tomáramos el tiempo no sólo para apreciar, sino también para reconocer las cosas sencillas de nuestra vida todo el tiempo de una manera auténtica? ¿Qué impacto tendría eso en nuestras vidas, nuestro trabajo y nuestras relaciones? Dramático, por no decir otra cosa.
El libro A Thousand Things Went Right Today, de Ilan Shamir, trata de este fenómeno. El libro invita a los lectores a observar con humor las pequeñas cosas de la vida. Destaca la importancia de apreciar y centrarse en lo positivo de la vida en lugar de la negatividad que tan a menudo vemos en la sociedad cada día.
Lecciones de vida
Gracias por compartir esto Virginia Bautista. Me encanta. Muy inspirador. De hecho, lo escribo en mi cuaderno y pienso imprimirlo para colgarlo en mi pared para recordármelo cada día. También necesitamos la inspiración de los demás.
Estos temas incluyen la importancia de la resiliencia, el valor de las relaciones sólidas, el papel de la gratitud para salir adelante, la importancia de normalizar el debate sobre la salud mental en el lugar de trabajo y el poder de la fe mientras navegamos por todas las incertidumbres.
Aunque la pandemia ha creado tanto malestar y una sensación de ansiedad para la mayoría de nosotros, la ausencia de todo lo que es importante resultó ser un cambio de vida. Nos hace darnos cuenta de lo que es esencial. La experiencia nos ha hecho conscientes de nuestro mayor potencial como mundo conectado. El valor del sufrimiento colectivo nos ha acercado y sensibilizado, y nos ha permitido ser más conscientes de lo que podemos hacer juntos. Que por muy difícil que sea una situación, conectados y juntos podemos levantarnos y reconstruir, mucho más estables y fuertes.
¿Qué debería aprender más para prepararme para el negocio?
Difunde el amorComo superviviente de un cáncer, he aprendido un par de cosas sobre la vida (y la muerte). Y mi viaje me ha enseñado mucho. Hoy quiero compartir contigo 10 poderosas lecciones de vida sobre cómo ser feliz (cortesía de mi viaje por el cáncer).
El cáncer me hizo más fuerte. Me enseñó a ser feliz y a sentirme realizada sin importar lo que ocurra en tu vida (o en el mundo que te rodea). Y me enseñó lo que son la felicidad y la plenitud (la mayoría de la gente las entiende mal).
Cuando luchaba contra el cáncer de mama, esperaba el momento en que pudiera celebrar que había sobrevivido. Incluso me imaginaba celebrando mi quinto aniversario (algo muy importante para las supervivientes del cáncer de mama triple negativo).
Cuando me diagnosticaron por primera vez, mis médicos actuaron como si fuera una muerta andante. Mi cáncer crecía rápidamente y tenía un aspecto increíblemente anormal bajo el microscopio. Les preocupaba que se hubiera extendido (lo que habría sido una sentencia de muerte).
El cáncer provoca todo tipo de emociones. Y el viaje que hace cada persona es único. Pero al hablar con otros supervivientes, está claro que hay algunas grandes lecciones de vida que todos aprendemos en nuestro viaje.
De qué te has dado cuenta antes de empezar un negocio
En los últimos años, he estado en una empinada curva de aprendizaje. Tomar el control total y la responsabilidad de construir mi propio futuro ha sido extremadamente gratificante y bastante aterrador al mismo tiempo. Aunque cada día es más fácil a medida que aprendo a detectar patrones, crear impulso y desarrollar un sistema, sigo sintiendo que vivo al límite y que las cosas pueden cambiar en cualquier momento. Tengo todo el control, pero no lo tengo. Pero la vida, en los últimos años, me ha enseñado a convertir el miedo a lo desconocido y la incertidumbre en un sentimiento de liberación.
Siempre he sido una persona competitiva. No tanto con los demás, sino conmigo misma. Desde pequeña, siempre participé en competiciones escolares y me propuse alcanzar metas más altas. Nací impulsada y motivada por naturaleza. No lo hago para demostrar a nadie que está equivocado o para inflar mi ego; sólo quiero autorrealizarme. Es lo que soy, en el fondo.
La última vez que estuve en casa, pedí a mi familia que me describiera. La primera palabra que les vino a la mente fue “decidida”. Mi familia siempre me vio como una chica decidida que siempre lograba sus objetivos sin importar nada. Sin embargo, a pesar de la determinación y el empuje de uno mismo, hay que enfrentarse a obstáculos, y la mayoría de ellos son mentales. Desde pequeña, mi padre me inculcó el poder de la autoestima. Me compró un libro titulado “La magia de pensar en grande”, que te enseña a soñar en grande y a creer en las posibilidades que puedes crear para ti. En ese momento, muchas de estas cosas pueden parecer palabrería. Puede que algunos se encojan de hombros cuando oigan citas como “puedes lograr cualquier cosa que creas que puedes lograr”. Soy consciente de que no hemos nacido con las mismas oportunidades. Pero una vez que superamos la etapa en la que tenemos que jugar con las reglas, podemos empezar a crear reglas para nosotros mismos. Si dices que no puedes hacer algo porque crees que tú mismo no puedes hacerlo, o porque alguien cercano a ti cree que no puedes hacerlo, ya te has propuesto no esforzarte al máximo.